MI TEORÍA SOBRE LAS EXTRASÍSTOLES

Me cautivó el primer párrafo del prólogo del libro – LA COMUNICACIÓN NO VERBAL-, de Flora Davis. Dice así:

Pertenezco a la clase de personas que no confía plenamente en el uso del teléfono. No es que considere que el sistema telefónico se esté desintegrando, -a pesar de que en ciertas circunstancias da esa impresión-, sino que al emplear este medio me parece que no logro saber a ciencia cierta lo que está pensando realmente la otra persona. Si no puedo verla, ¿cómo puedo adivinar sus sentimientos? Y, ¿qué importancia tiene lo que dice si desconozco lo que piensa?

¿Qué es lo realmente importante? ¿Lo que una persona hace? ¿Lo que una persona dice? ¿Lo que una persona siente? ¿Lo que una persona piensa?

¿En qué nivel de los anteriores entendéis que yace la honestidad que buscais en vuestra comunicación con los demás?

Mi teoría personal -y no es más que una opinión de alguien que tiene extrasístoles, como muchos de vosotros-, es que las extrasístoles son una de las consecuencias de la emociones que nos produce la disonancia cognitiva que convive con nosotros cuando llevamos tiempo expuestos a un conflicto en el que lo que hacemos, decimos, sentimos y pensamos carece de alineación y de integridad.

CUANDO FALLAN LAS PALABRAS, APARECEN LAS EXTRASÍSTOLES

Acabo de terminar un libro sobre la comunicación no verbal, de Flora Davis. Me parece fascinante cómo nos expresamos a través de pequeños gestos y movimientos, de forma inconsciente e involuntaria. Y más increíble aún, cómo somos capaces de captar estos mensajes que nos vienen de los otros.

En realidad, lo que ocurre es que percibimos estas microexpresiones, y les asignamos un significado con nuestro pensamiento. Este pensamiento, nos causa una emoción, que seguramente sea lo que notamos, cuando después de un encuentro sin pena ni gloria con alguien, comentamos algo así como -pese a todo, tengo la sensación de que algo va mal-.

Nuestros cuerpos expresan. Nuestros cuerpos hablan. Nuestros cuerpos nos delatan.

Podemos controlar el arte de la palabra y entregarnos a la incoherencia, pero nuestros cuerpos siempre encuentran la forma de manifestar lo que necesitan. Y en mi opinión, en el caso de los que somos muy mentales, los que normalmente estamos muy desconectados de nuestros cuerpos, y de nuestras emociones (no porque no las tengamos, sino porque tal vez pensemos que si nos abrimos a ellas, nos abrumarían), también termina por abrirse camino esa necesidad, en forma de somatización.

Bajo mi punto de vista, las extrasístoles no son más que una manera más en la que nuestro yo interno, nos pide ayuda, e intenta llamar nuestra atención. Y creo que si estás leyendo estas lineas, es porque lo ha conseguido. La estrategia que ha seguido, ha dado resultado, y podemos entenderlo como algo bueno.

Yo ya no me asusto cuando tengo extrasístoles. Sé que no me van a hacer daño (porque ya me lo ha dicho mi electrofisiólogo mil veces; siempre digo que lo primero que tenemos que hacer es ir al cardiólogo). Ahora apenas les presto atención, pero lo que sí que intento, es observarme cuando aparecen. Intento ser consciente de lo que estoy sintiendo, y de lo que estoy pensando. Y muchas veces descubro que me estoy pasando de rosca. Que necesito relajarme, o quizás, descansar.

¿Qué crees que te está intentando decir tu cuerpo a ti a través de tus extrasístoles?

¿Consigues verlas como amigas, en vez de como enemigas?

DÓNDE ESTÁS CON TUS EXTRASÍSTOLES Y HACIA DÓNDE TE DIRIGES

Hacia dónde te diriges puede definirte más que dónde estás.

[-Debe hacerlo-, de hecho, me gusta pensar. Plantearme cada día como una hoja en blanco, como una nueva oportunidad para ser como quiero ser y hacer las cosas que realmente quiero hacer.]

Hoy tienes extrasístoles y apenas puedes concentrarte en lo demás. Roban toda tu atención, y te inundan unas emociones que te superan. El miedo que sientes es demasiado intenso, esa ola de frío que recorre tu cuepo de pies a cabeza, o de cabeza a pies. Esa angustia vital que experimentas en la boca del estómago, cada vez que piensas que vas a tener que soportarlas siempre, que van a ir a peor, que el número de ellas no va a hacer otra cosa que incrementar. Sientes que tu vida no está siendo lo que debería ser y te parece algo totalmente injusto, porque tú no deberías tenerlas. Nadie de tu entorno las tiene, casi nadie sabe lo que son, con eso te lo digo todo. ¿Por qué te ha tocado a ti esta mierda?

Las cosas pueden cambiar, siempre. Pero tienes que querer hacerlo. Tienes que elegir cambiar tu vida. Nadie va a hacer este trabajo por ti.

La disciplina supone actuar cuando no quieres. Y tu éxito estará determinado por cómo de bien te obedezcas a ti mismo cuando esto ocurra.

¿Qué no estás haciendo por tus sueños?

Merecerá la pena conocer a la persona en la que te convertirás durante el proceso de obedecerte a ti mismo y de superarte una vez más.

Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y te explico cómo puedo ayudarte con tus extrasístoles.

VILLANO EXTRASÍSTOLES

No hay nada que tengas que pensar, a menos que elijas hacerlo. No dejes que tu cerebro te diga lo contrario.

La solución no es luchar contra el villano. La solución es reconocer que no hay ningún villano, ni tampoco ninguna víctima, salvo en tu cabeza.

Crees que estás desquiciado, porque las extrasístoles te provocan este estado. Pero quiero que veas, que si estás desquiciado, es sólo porque tú lo causas.

¿Sería más fácil cambiar lo que piensas, si las extrasístoles desaparecieran? Sí, claro que sí. Pero no existe ese remedio mágico que las haga evaporarse, y si lo hubiera, tampoco tendrías la oportunidad de desarrollar tu capacidad para generar confianza.

Tu vida no necesita cambiar. Simplemente tienes que pensar de forma distinta con respecto a ella.

Tú no eres el efecto de lo que te rodea; tú eres la causa de lo que te rodea.

Estás en el lugar correcto, tienes las herramientas que necesitas, puedes con esto. Pronto dirás: este asunto solía llevarme de cráneo, pero ahora estoy bien.

Crear algo nuevo requiere de un nuevo pensamiento y que se active de forma automática, para que surja sin esfuerzo.

Y no necesitas distraerte con válvulas de escape ni procesos dopaminérgicos para tener una vida increíblemente gratificante.

No huyas ni te escondas bajo las sábanas, como hacen muchas personas.

Lo peor que te puede pasar, es una emoción.

Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y te explico cómo puedo ayudarte con tus extrasístoles.

¿QUIÉN ERAS ANTES DE TUS EXTRASÍSTOLES?

Seguro que algunos de vosotros tenéis sueños que habéis suprimido durante un largo tiempo.

Los sueños que a esa persona que un día fuisteis, hacían que le brillaran los ojos. Pero poco a poco fueron quedando enterrados bajo una montaña de otras muchas cosas que ocurren en la vida.

Sin embargo, siguen saliendo a la superficie, y continuais ocultándolos, volviéndolos a esconder bajo esa montaña de cada cual sabrá qué.

Pero que sepáis que no sois demasiado mayores, ni tampoco es demasiado tarde, para hacerlos realidad.

No importa cuánto tiempo hayáis estado reprimiéndolos, todavía podéis lograrlos.

Quizás esas extrasístoles tan molestas tengan algo que ver con todo esto, para bien o para mal.

Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y hablamos.

NOS JUZGAMOS POR LAS EXTRASÍSTOLES

¿Juzgamos? Está claro que sí, como todos los humanos.

Debemos de dejar de juzgarnos a nosotros mismos por juzgar a los demás.

Cuanto menos juzguemos a los demás, menos nos juzgaremos a nosotros mismos.

Podemos reconocer que simplemente se trata de ruido en nuestro cerebro. Y podemos pedirle al cerebro que esta vez nos traiga algo positivo, para así eliminar esa primera capa de juicio sobre el juicio. Si planteamos preguntas a nuestro cerebro, nos ofrecerá respuestas.

¿Cómo puede ser esta situación justo la que ahora necesito? ¿En qué sentido esto puede ser algo bueno para mí?

¿De qué manera te juzgas a ti mismo por los pensamientos que tienes, por las emociones que sientes, y por tu comportamiento con respecto a tus extrasístoles?

¿Tienes extrasístoles? Apúntate a mi lista de correo.

NO DEJES QUE LAS EXTRASÍSTOLES DESTRUYAN TUS SUEÑOS

Si albergas un sueño en tu corazón, es tu responsabilidad cumplirlo.

Quizás las extrasístoles aparecieron precisamente para indicarte que algo no iba del todo bien. Que había alguna parte de tu vida que necesitaba una revisión. Y tan vez fue la manera que tuvo tu cuerpo, de llamar tu atención, ya que no sabía qué otra cosa podía hacer para que tú pararas dentro de tu ritmo frenético del día a día, y levantaras los ojos para mirarlo directamente.

O puede que esté ocurriendo lo contrario. Que tengas claro lo que quieres hacer, tu hoja de ruta, el mapa hacia tu sino, pero estés sufriendo el efecto paralizante del miedo que te provocan las extrasístoles, cada vez que las sientes. Y no te atrevas a dar un paso. Y ahí están tus sueños, al final de un camino que no te atreves a recorrer, porque quieres quedarte quieto, sin moverte, porque así crees que puedes mantener a las extrasístoles alejadas de ti.

Plántales cara. Coge de nuevo las riendas de tu vida. No te rindas, y haz honor a tus más profundos deseos.

Y haz que el éxito sea inevitable.

Si necesitas ayuda con tus extrasístoles, reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y te cuento. Únete a mi programa de grupo de 6 semanas y empieza a caminar hacia tu destino.

LAS EXTRASÍSTOLES NOS ENTRETIENEN

Es así. Es muy fácil para los que tenemos extrasístoles, pasarnos todo el día pensando en ellas, contándolas, vigilándonos, tomándonos el pulso y lamentándonos por la situación que tenemos.

Recordamos épocas mejores en las que no las teníamos, y evocamos con nostalgia las cosas que hacíamos, los miedos que no teníamos, las risas que echamos de menos y la despreocupación que recordamos en relación con nuestra vida pre extrasístoles.

Porque antes de las extrasístoles, éramos personas diferentes. Y ahora somos de otra manera. Las extrasístoles nos han cambiado.

Pero podemos decidir salirnos de este círculo vicioso, y volver a convertirnos en alguien distinto. Ni siquiera tenemos que volver a lo que éramos antes de las extrasístoles. Podemos resurgir como personas más fuertes y más sabias, que han aprovechado la experiencia de las extrasístoles para experimentar una profunda transformación.

¿Qué cosas queremos hacer en esta vida? ¿Qué estamos dejando de hacer cuando pasamos todo nuestro tiempo prestando atención a las extrasístoles? ¿Qué impacto queremos dejar por nuestra parte en este mundo? ¿A qué queremos dedicar nuestra energía? ¿Cuál queremos que sea nuestro legado?

Podemos trabajar en nuestros sueños mientras tenemos extrasístoles. No pasa nada. Las sentimos, son incómodas, sí, pero no nos impiden respirar, ni movernos, ni pensar. Quizás nos roben algo de atención, pero contamos con ello. Poco a poco iremos enseñando a nuestro cerebro que puede centrarse en otras cosas y cada vez nuestra atención en todo lo demás será mayor. Es cuestión de practicar, y de dar ese primer paso, que es siempre el que más cuesta.

Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y te cuento cómo puedo ayudarte con tus extrasístoles.

CRISIS DE EXTRASÍSTOLES

Crecemos cuando somos vulnerables, cuando nos atrevemos a quedarnos en esa zona incómoda de la que todos queremos salir corriendo. La incomodidad de ahora, supone comodidad para el futuro.

Y podemos abrirnos a ella, -embrace it-; esto es evolucionar. Al otro lado, en la otra orilla, hay libertad y claridad. Y toda nuestra transformación.

Discomfort is the currency to your dreams.

Muchos de vosotros me contáis que no queréis tener crisis de extrasístoles. Lo entiendo, sí, yo también he estado ahí, y me sigue tocando estar ahí de vez en cuando. Días y semanas en los que nos salimos de los patrones de extrasístoles que tenemos controlados y que no nos asustan ya, para sumergirnos en nuevos patrones de extrasístoles en los que sentimos varias por minuto, o las notamos en racha, o muy fuertes, o con una cadencia loca. Y tenemos pensamientos del tipo: esto es nuevo, seguro que algo va mal, algo ha cambiado desde que el cardiólogo me vio por última vez, esta vez seguro que termino en algún evento cardíaco realmente dañino para mi corazón, en algún otro tipo de arritmia, y finalmente muero.

Pero son, precisamente, oportunidades que la vida nos brinda para superarnos, para poner en práctica todo lo que estamos trabajando.

Realmente, tenemos dos opciones: sufrimos con ellas, o nos vemos a nosotros mismos y aprendemos.

Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo, y te explico cómo puedo ayudarte con tus extrasístoles.

HACER ESPACIO

Al final consiste en que hagamos un ejercicio de consciencia. No se trata de arreglar nada. No hay pensamientos ni emociones que arreglar.

Muchos nos decimos a nosotros mismos:

  • Si acepto las extrasístoles, mi vida estará fuera de control. Tengo tantos años, éste es el panorama que tengo delante, y no las controlo.
  • Aquí llegan de nuevo, ya están aquí otra vez

Y recurrimos a esos comportamientos que nos alivian momentáneamente, pero cuyo resultado nos perjudica.

Si aceptamos que simplemente, son, el cerebro es capaz de pensar:

  • ¿Y qué puedo hacer yo en mi vida?

Yo quiero ser el creador de mi propia historia.

¿Y si hacemos espacio en nuestra existencia para que las extrasístoles estén? Pueden aparecer hablarnos, decirnos lo que sea sobre nuestro cuerpo, y nosotros podemos continuar trabajando en nuestros proyectos con las extras a nuestro lado, yendo y viniendo.

Podemos darnos espacio a nosotros como humanos cuando las sentimos. Cuando sentimos incomodidad o dolor, Darnos espacio para experimentarlas. Y luego podemos dar un paso atrás, observarnos y decidir lo que queremos hacer. Y no darles a ellas tanto poder.

Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y te cuento cómo puedo ayudarte con tus extrasístoles.