Hacia dónde te diriges puede definirte más que dónde estás.
[-Debe hacerlo-, de hecho, me gusta pensar. Plantearme cada día como una hoja en blanco, como una nueva oportunidad para ser como quiero ser y hacer las cosas que realmente quiero hacer.]
Hoy tienes extrasístoles y apenas puedes concentrarte en lo demás. Roban toda tu atención, y te inundan unas emociones que te superan. El miedo que sientes es demasiado intenso, esa ola de frío que recorre tu cuepo de pies a cabeza, o de cabeza a pies. Esa angustia vital que experimentas en la boca del estómago, cada vez que piensas que vas a tener que soportarlas siempre, que van a ir a peor, que el número de ellas no va a hacer otra cosa que incrementar. Sientes que tu vida no está siendo lo que debería ser y te parece algo totalmente injusto, porque tú no deberías tenerlas. Nadie de tu entorno las tiene, casi nadie sabe lo que son, con eso te lo digo todo. ¿Por qué te ha tocado a ti esta mierda?
Las cosas pueden cambiar, siempre. Pero tienes que querer hacerlo. Tienes que elegir cambiar tu vida. Nadie va a hacer este trabajo por ti.
La disciplina supone actuar cuando no quieres. Y tu éxito estará determinado por cómo de bien te obedezcas a ti mismo cuando esto ocurra.
¿Qué no estás haciendo por tus sueños?
Merecerá la pena conocer a la persona en la que te convertirás durante el proceso de obedecerte a ti mismo y de superarte una vez más.
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