Al final consiste en que hagamos un ejercicio de consciencia. No se trata de arreglar nada. No hay pensamientos ni emociones que arreglar.
Muchos nos decimos a nosotros mismos:
- Si acepto las extrasístoles, mi vida estará fuera de control. Tengo tantos años, éste es el panorama que tengo delante, y no las controlo.
- Aquí llegan de nuevo, ya están aquí otra vez
Y recurrimos a esos comportamientos que nos alivian momentáneamente, pero cuyo resultado nos perjudica.
Si aceptamos que simplemente, son, el cerebro es capaz de pensar:
- ¿Y qué puedo hacer yo en mi vida?
Yo quiero ser el creador de mi propia historia.
¿Y si hacemos espacio en nuestra existencia para que las extrasístoles estén? Pueden aparecer hablarnos, decirnos lo que sea sobre nuestro cuerpo, y nosotros podemos continuar trabajando en nuestros proyectos con las extras a nuestro lado, yendo y viniendo.
Podemos darnos espacio a nosotros como humanos cuando las sentimos. Cuando sentimos incomodidad o dolor, Darnos espacio para experimentarlas. Y luego podemos dar un paso atrás, observarnos y decidir lo que queremos hacer. Y no darles a ellas tanto poder.
Reserva una mini sesión de coaching de prueba conmigo y te cuento cómo puedo ayudarte con tus extrasístoles.
