Cuando determinados pensamientos pasen por nuestras cabecitas, muchas veces sentimos una fuerte emoción, ante la que nos cuesta no reaccionar. Digamos que reaccionamos como locos, vaya. Seguro que todos podemos recordar algún episodio en el que, por ejemplo, otra persona o nosotros mismos, hayamos sentido ira, y hayamos gritado, dirigido palabras crueles (o algo peor)Sigue leyendo «¿EXTRASÍSTOLES POR REPRIMIR LA IRA?»