NADIE PUEDE HACERTE DAÑO

Desde pequeños nos han enseñado que los demás pueden herir nuestros sentimientos. Es posible que digamos a nuestros hijos:– Ve a disculparte con Pepito, que eso que has hecho lo ha ofendido. Sin embargo, los únicos que podemos herir nuestros sentimientos, somos nosotros mismos, con lo que pensamos sobre lo que los demás han dichoSigue leyendo «NADIE PUEDE HACERTE DAÑO»