GENEROSIDAD

Cuando era pequeña, me sorprendía cuando mi abuelo, sin decir nada, pagaba la cuenta a gente en los restaurantes o en las cafeterías donde desayunaba.

Somos generosos cuando damos más de lo que se nos requiere o supone, sin esperar nada a cambio.

Si nos sentimos generosos, estamos hablando de una emoción. Habremos tenido previamente pensamientos del espectro de la abundancia. Y actuaremos consecuentemente.

Tenía una compañera en el trabajo muy generosa. Siempre daba lo que tenía y más; traía raciones enormes de dulces por su cumpleaños y se desvivía por agradar. Sin embargo, casi cada vez que coincidíamos, se quejaba de que los demás no respondieran igual con ella. Te decía que había hecho tal cosa y que no le habían dado ni las gracias.

Su experiencia comenzaba con la alegría de dar, pero terminaba con resentimiento.

Y es que la clave está en ese no esperar nada a cambio.

Cuando damos algo, ¿por qué lo hacemos? ¿Queremos obtener otra cosa, quizás algo material?¿Reconocimiento o agradecimiento? ¿Manipular el comportamiento del otro? ¿Que no se enfade? ¿Que se alegre? ¿Que nos deba una?

Tal vez nos interese reflexionar sobre estas cuestiones y decidir si queremos experimentar el placer de la auténtica generosidad.

Cuando la persona a la que hemos dado algo reacciona de una manera inesperada, por ejemplo, no agradeciéndonos el haber pagado la cuenta o incluso exigiendo más, abandonamos nuestro estado de emociones positivas, para pasar al de emociones negativas.

En este caso, quizás podamos reevaluar nuestro proceso mental, en vez de pensar que es la otra persona la que lo ha hecho mal.

Dejemos que los demás sean libres, y elijan cómo actuar. Y no permitamos que el comportamiento de nadie cambie quienes queremos ser nosotros en el mundo.

La abundancia genera más abundancia. Si creemos que tenemos más que suficiente para dar, nos mostraremos en consonancia y atraeremos todo esto hacia nosotros. Podemos ser generosos con nuestro dinero, pero también con nuestro tiempo, energía, amabilidad y consideración.

La foto es de la boda de mi tía Esther, personalización de la generosidad, como buena hija de mi abuelo.

#generosidad #emociones #ansiedad

Publicado por pensandoconintencion

Te ayudo a dejar de sufrir por tus extrasístoles. Porque hay otras cosas en la vida que merecen tu atención.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: