A menudo nos reconocemos sintiendo impaciencia. Tenemos prisa por llegar a ese momento en el que hemos perdido el peso que nos sobra, por casarnos o tener un hijo, por lograr ese ascenso, por tener más dinero ahorrado, o por hacernos esa intervención de cirugía estética. Y esa impaciencia se origina, como toda emoción, enSigue leyendo «LO QUIERO YA»