Nos cuesta aceptar la idea de que una infidelidad puede ocurrir en ausencia de problemas matrimoniales serios. Nuestra cultura nos dice que no hay aventuras sin culpables. Cuando no podemos culpar a la relación, tendemos a señalar al individuo con un dedo acusador. En la literatura clínica hay múltiples tipos de infieles. Como si elSigue leyendo «¡AH, CLARO! ES QUE LES IBA MAL»