En general, podemos decir que sucede cuando el corazón late rápido, a causa de la existencia de señales eléctricas anormales, que se originan por encima de los ventrículos. Frecuentemente (que no siempre), estas taquicardias afectan a personas jóvenes y sanas; a menudo son autolimitadas, es decir, que desaparecen solas. Los episodios pueden durar unos cuantos segundos o varias horas. Podemos tener síntomas (mareos, palpitaciones), o no tenerlos.
Si lo consultamos con un cardiólogo, nos hará saber que se trata de un término muy amplio, que recoge múltiples eventos cardíacos de distinta relevancia clínica (taquicardia sinusal inapropiada, taquicardia sinoatrial, taquicardia auricular, taquicardia por reentrada nodal típica y atípica, taquicardia por reentrada AV, taquicardia paroxística de la unión, etc.). Si nos ocurre, será necesario que nos evalúe el especialista, para que nos haga el diagnóstico correspondiente, descarte el origen ventricular, y nos dé las pautas que debemos seguir.
Una vez puestos en manos de nuestro cardiólogo de referencia, y de confianza, el resto del trabajo, al igual que ocurre con las extrasístoles, es sólo nuestro.
Nosotros decidimos qué significado vamos a dar a nuestras taquicardias supraventriculares y cuánto poder sobre nuestras emociones, a y fin de cuentas, sobre nuestra vida, vamos a entregarles.
Y para ello, tendremos que vigilar y elegir cuidadosamente nuestros pensamientos, no sin antes hacer un ejercicio de consciencia para ver en qué punto nos encontramos.
A veces será necesario quedarnos donde estamos una temporadita, dándonos cuenta de la relación que hemos establecido ya con ellas, sintiendo el rechazo, el miedo, la angustia, o la que sea que hoy por hoy, es nuestra realidad. Realidad que hemos creado y creamos a diario cuando vienen a nuestra cabeza los pensamientos que -por defecto- tenemos sobre estos episodios que llegan cuando menos lo esperamos.
¿Te han diagnosticado taquicardias supraventriculares? Comparte tu experiencia en comentarios, no estás solo.
